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La Orfandad Periodística (Primera Parte)

22 Ago

Hace muy poco descubrí con pesar que solo una cuenta dejé pendiente en mi paso por el periodismo institucional cubano. Un anhelo que vine engendrando desde mis tiempos de universitario febril, quizás cinco o seis años atrás.

Este es: asistir, como delegado, a un Congreso Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba. Difícil empeño para alguien que no se vinculó a esta organización de la prensa cubana, y que no traía, tampoco, el aval de pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas.

Sucede que estos congresos atizan en mí una curiosidad incontenible que, obviamente, ya no podré saciar de primera mano. Como las congregaciones secretas, como los rituales de sectas místicas: un encuentro al que determinados especialistas asisten a debatir o analizar sobre una profesión que no existe en su país, se me antoja de un exotismo digno de ser vivido e inmortalizado en mármol.

No le veo diferencia con un Coloquio Nacional de Cultura Esquimal.

Hablar sin rubor de Periodismo en una tierra donde se le ha matado en su esencia, puede entenderse, también, como una cruel ironía. En cualquier caso no pierde su atractivo de feria para el fisgón que soy.

Creo que de haberme alzado con un puesto habría intentado un divertido juego de suposiciones. El juego habría sido este: adivinar, detrás de las poses de reunión, cuáles de aquellos regios colegas eran los que en verdad se creían paladines de la información en Cuba, los que dormían tranquilos pensándose defensores de la verdad pública; y cuáles sólo interpretaban un papel de subsistencia y sabían, en sus fueros, que el verdadero periodismo era mucho más que obedecer directrices sin oportunidad para cuestionar.

Porque sí, contextualizando una frase que cita Pedro Luis Ferrer, hay una pregunta que no he dejado de hacerme desde el instante en que me asumí como profesional de la comunicación en Cuba: ¿tendrán conciencia muchos periodistas de este país del pasado que les espera?

¿Tendrán conciencia de lo que va a significar, en un futuro de conciliación que quiero imaginar sin rencores ni violencia, leerse mintiendo u ocultando verdades, repitiendo consignas de tabloide; escucharse en programas radiales con un tono de enérgico apoyo a las decisiones que, en el amparo del hogar, denigraban tanto como el resto; verse aplaudiendo ante cámaras de televisión discursos a los que asistían muy a su pesar?

Yo no hablo desde la suposición o la distancia de quien hace mucho perdió contacto con esta realidad. Yo hablo con el conocimiento de causa de quien hasta hace solo meses conoció circunstancias, conversó hasta el hartazgo, creó también lazos de hermosa amistad y escuchó testimonios reveladores sobre la flagrante y cruel hipocresía que se cierne en torno al periodismo de mi Patria.

Toda vez que valorar un fenómeno tan complejo y plural como lo es la comunicación, en un país de condiciones siempre excepcionales, se presenta como una empresa de múltiples posibilidades, hagámoslo diseccionando el periodismo cubano en varias partes. Mirando por dentro uno de los máximos causantes -esto lo afirmo sin reparos- de la asfixia de pensamiento que padece hoy la sociedad en que vivo.

Apenas un punto de partida

No debo hacer esfuerzo alguno para recordar el impacto inicial que me hizo preguntarme, honestamente, a qué mundo estaba yo a punto de pertenecer. Sucedió en un cubículo de edición de la televisión local, en mi provincia. Año 2004. Acababa de cumplir los veinte años de edad.

Una conocida colega editaba un material donde volvía sobre la comparación más recreada y manipulada de la historia nacional: Cuba gris y lastrada antes de 1959 vs. Cuba refulgente posterior a 1959. La voz en off narraba, con emoción de laboratorio, el paso de las tinieblas a la luz.

Pero un imprevisto amenazaba con retrasar el montaje más de lo debido: las imágenes presuntamente antiguas, de la nación empobrecida, no aparecían por ningún lugar. Habían revisado todos los archivos, en vano. El documental debía exhibirse al día siguiente.

La solución de aquella periodista no creo que yo consiga olvidarla jamás. Probablemente, ella sí.

Extrajo de entre sus cosas otro cassette. Lo colocó en punta y dio al editor la orden de capturar lo que saldría a continuación. Ante nosotros empezaron a sucederse imágenes de niños desnutridos con abdómenes pronunciados, casas derruidas donde las tablas amenazaban con caerse ante la misma cámara; fango y miseria, hambre en cientos de rostros, harapos, perros esqueléticos comidos por la sarna.

Enmudecí. Más que por la impresión de aquel panorama dantesco, porque intuía lo que la periodista estaba a punto de hacer.

Las imágenes habían sido tomadas (creo que para consumo interno de algunos círculos políticos) una semana atrás en un poblado rural de la provincia de Granma llamado Río Cauto. El color de la cámara DVC Pro que las había filmado revelaba su contemporaneidad. Sin embargo, esto no era problema para un cubículo con la suficiente implementación de softwares de edición.

Quitarles el color fue trabajo de segundos. El editor no pronunció palabra. Demasiado pronto emergieron las mismas caras hambrientas, el mismo paisaje tercermundista, ahora con el blanco y negro de un pasado distante al que, según el material, no deberíamos regresar jamás.

La voz en off de aquella periodista, hoy emblemática dentro de la prensa local, hablaba de la miseria en que vivía la Isla antes de 1959 sobre imágenes tomadas a unos pocos kilómetros de su hogar hacía tan solo una semana. Minutos después, el eficiente montaje mostraría el renacer del país en escenas a todo color, con niños saludables y sonrientes, y edificios acabados de inaugurar.

No tuve valor de ver el documental como espectador, al día siguiente, cuando se transmitió en un horario estelar.

 
11 comentarios

Publicado por en agosto 22, 2010 en 02 Agosto

 

11 Respuestas a “La Orfandad Periodística (Primera Parte)

  1. mayra

    agosto 22, 2010 at 11:43 pm

    He quedado muda,mañana tratare de divulgar lo mas que pueda este post,es sin duda de lo mejor que he leido en muchisimo tiempo,eres sin duda tambien la persona mas valiente de estos tiempos.Tus padres han de estar muy orgullosos de ti;todos en tu pueblo.Lastima que la mayoria de la gente en cuba no tenga acceso a internet.

     
  2. Gerardo

    agosto 23, 2010 at 5:44 am

    Hola Ernesto: Normalmente para cada cosa mal hecha existe casi siempre un castigo.

    En Cuba no existen realmente leyes oficiales para castigar a quienes abusan de su posición … por lo tanto yo propongo que a esta periodista se le aplique la ley musulmana:

    entre 40 y 80 latigazos.

    (hay una ley musulmana que castiga con 80 azotes a quien levante falsos testimonios … en Egipto por ejemplo fueron condenados 7 periodistas, entre ellos cuatro directores de periódicos, a penas de cárcel por divulgar informaciones falsas)

    En nuestro pais al igual que en algunos otros sucede que la verdad está subordinada al poder … el derecho del ciudadano a estar informado está sometido al resultado de una guerra informativa, en donde la verdad solo será la que se imponga al final de la batalla, no importando si tal “verdad” es tan solo una “mentira poderosa” … el PERIODISMO FALSO es el principal causante de la falta de credibilidad de los medios de comunicación (a nivel mundial, no solo en Cuba).

    El periodismo falso en Cuba se puede ver a diario dirigido al mundo entero y sin cargos de conciencia y sin escrúpulos por ejemplo en las series televisivas del canal Cubavisión Internacional que incluso puedo ver en Alemania.

    El televidente es primeramente «suavizado» con cortos e interesantes documentales sobre la Historia de Cuba, por ejemplo la Historia del Acueducto Albear, la Historia de la Giraldilla, la Historia del Morro, etc, estas secuencias son repetidas a diario, mientras por otra parte lanzan al aire una serie que se llama «Mesa redonda informativa» que de hecho el nombre apropiado es «Mesa redonda desinformativa» (con página en Facebook y todo)

    Aquí se aprecia exactamente lo que es un derivado ejemplar del PERIODISMO FALSO, en el caso de Cuba es además ingenuo ya que sus conductores mi compañero de la Escuela Lenin Reynaldo Taladrid y otro de la Vocacional de Holguín que se llama Randy Alonso pretenden hacer creer a los televidentes que la información que ellos lanzan en un solo sentido NO TIENE RESPUESTA en el otro sentido. Existe una sola verdad, solo la de ellos.

    ————————————–

    Tambien propongo de castigo:

    para Taladrid: 220 latigazos
    para Randy: 350

    (es solo una propuesta debe llevarse a votación)

     
  3. mayra

    agosto 24, 2010 at 9:07 pm

    Gerardo yo voto a que si! buena falta que le hacen.

     
  4. YODEL PEREZ PULIDO

    agosto 24, 2010 at 11:08 pm

    Hermano mio…
    Algún dia, en ese futuro de conciliación que mencionas, tus letras valdrán lo que en verdad representan. Y espero que juntos, hablando de periodismo de verdad, podamos crecer en un país sin esos harapos de personas que hoy son «ejemplos» de la triste prensa local.
    Allá llegaremos hermanito mio… cuidate mucho por dios!!
    Abrazos.

     
    • elpequenohermano

      agosto 24, 2010 at 11:44 pm

      Sí, yo también lo espero querido amigo. En ese país, quiero tener cerca a periodistas talentosos y honestos como tú. Creelo así.
      Un abrazo desde Bayamo, Cuba… Tu amigo Ernesto.

       
  5. Gabriel

    agosto 28, 2010 at 6:23 pm

    Me he quedado con ganas de conocer nombres … programas, en fin, los detalles que harían la historia perfecta desde el punto de vista periodístico.

     
    • elpequenohermano

      agosto 29, 2010 at 7:17 am

      Sí, coincidimos: yo también creo que periodísticamente hablando, la historia precisaba de nombres exactos y datos fidedignos. Pero también creo (y todo el que entienda un poco de Cuba coincidirá en ello), que resulta demasiado peligroso mencionar nombres de personas que aun viven dentro de esta Isla, aunque estén tras las rejas, o no sean gentes de bien. En nombre de la solidaridad, o del respeto a sus destinos, prefiero limitar un poco la perfección periodística, y hacer un trabajo más valorativo, y menos puro en el sentido informativo.

       
  6. aaron

    septiembre 2, 2010 at 4:55 pm

    Como se habran sentido esa gente -si es que tienen televisor, señal y vieron el programa- al verse retratados como «el desastre» pre-59?

     
  7. jorge

    septiembre 25, 2010 at 9:53 am

    ESTO QUE TU RELATAS ES APENAS UNOS DE LAS TANTAS PATRAÑAS QUE SON CAPACES DE FABRICAR LOS COMUNISTAS,CONOSCO DE CASOS DE PERSONAS QUE LE FABRICARON UN CASO DE DROGA,ES DECIR LE PUSIERON LA DROGA DENTRO DE LA CASA,ELLOS SIEMPRE OBRAN COMO LAS SERPIENTES,POR EJEMPLO CONOSCO CASOS QUE DESACREDITAN A LA PERSONA REGANDO POR EL PUEBLO QUE SON HOMOSEXUALES,INCLUSIVE HASTA DE CHIVATOS,ESTO SIEMPRE HA SIDO SUS MODUS OPERANDI,RECUERDAN EL ESCANDALO DE EL PRESIDENTE DE MEXICO CON FIDEL? LE CONECTARON MICROFONOS LO ESTABAN ESPIANDO Y ASI ES COMO TRABAJAN SIEMPRE POR DEBAJO,SIEMPRE JUGANDO SUCIO,PERO TENGO FE MI QUERIDO HERMANO QUE UN DIA TENDREMOS UN PERIODISMO EN CUBA A LA ALTURA QUE MERECEN LOS CUBANOS,CON PROFESIONALES COMO TU,CON ESE TALENTO QUE PUEDAS TRABAJAR EN UNA CADENA NACIONAL Y SEAS ENVIADO TU Y TU CAMAROGRAFO A UN CONFLITO BELICO O A UNA ZONA DE DESASTRE,VERDAD QUE SI? Y NO SEGUIR TRAGANDOTE ESAS NOTICIAS RIDICULAS Y MANIPULADAS QUE TE PONEN EN LA ARCAICA TELEVISION CUBANA,ESTOY SEGURO QUE TE VERE UN DIA PONIENDO TUS CONOCIMIENTOS Y TU TALENTO EN FUNCION DE COMUNICAR UN PUEBLO.SEGUIMOS ESPERANDO

     
  8. Cubano en italia

    enero 13, 2011 at 6:45 pm

    Son tan estúpidamente pateticos que hablan con un cinismo desmesurado de los problemas del mundo de los cuales el régimen es el principal protagonista y lo más triste el que lo divulgan al pueblo como sí fuéramos una sociedad de zombies que no nos damos cuenta.Los zombies son ustedes hijos de su buena madre.Que no se enteran del gran potencial del pueblo cubano y ya está reaccionando,ya en cuba se habla en la calle muy diferente a 5,10y20 años atrás,la desconformidad es al 90 % y ya es cuestión de tiempo .

     

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